viernes, 9 de julio de 2010

La Higiene es lo de menos

Al parecer la higiene es lo de menos para ciertos establecimientos importantes del centro de la ciudad de Trujillo. Lo cuestionable es que la legislación obliga a todo establecimiento a ofrecer baños públicos, nadie ni siquiera las cadenas poderosas de supermercados podrían solicitar una licencia de funcionamiento sin contar con baños públicos. La Municipalidad Provincial de Trujillo se vería en la necesidad de negar la licencia de funcionamiento a cualquier empresa que pretendiera operar sin contar con baños públicos. Cualquier ciudadano que haya hecho el trámite solicitando una licencia de funcionamiento en la Municipalidad, tiene que coincidir con lo que afirmo.

Sin embargo la tienda de Metro, ubicada en la intersección de las calles Pizarro y Junín, que cuenta con un aforo de 350 personas, no cuenta con el vital servicio de baños públicos. Es decir el agua corrida para lavarse las manos, un urinario elemental para un anciano, un simple inodoro para la madre que asiste a comprar víveres, nada de esto se podrá hallar porque los ejecutivos de Metro, no han creído conveniente ofrecerlos y porque la Municipalidad Provincial de Trujillo es laxa a la hora de obligar se cumplan sus propias ordenanzas, el Reglamento Nacional de Edificaciones y todas las demás normas legales. En estos tiempos de epidemias cuando las normas de higiene se difunden en una sociedad tan alejada de ellas, existe un supermercado modernísimo, en la esquina más tradicional de la pujante Trujillo, que no cuenta con un baño para sus clientes. Si la Municipalidad no quiere ver este atropello a los miles de ciudadanos que asisten a este establecimiento, el Ministerio de Salud debería tomar las medidas adecuadas para conservar la salud de los trujillanos.

Pero no solo es Metro quien no cumple con la obligación de ofrecer baños públicos a sus clientes. A pocos metros de Metro, la Corte Superior de Justicia de La Libertad no tiene baños para los miles de usuarios que acuden al viejo edificio sede de ese poder del Estado. Bueno, ese edificio estaba diseñado para convento y nunca se pensó que se usaría en oficinas públicas, pero tampoco en el nuevo y moderno edificio de la Avenida América Oeste, los baños están a disposición de los usuarios.

No ofrecer baños públicos a los ciudadanos que acuden a estas instalaciones, es una clara demostración del desprecio de ese organismo para los miles de usuarios, de la indiferencia con que suelen tratar a los litigantes, desde ese detalle podemos ver la más clara actitud de desdén con los ciudadanos comunes y corrientes.

Pero y ¿el Honorable Colegio de Abogados? No dice nada, ¿algún ilustre miembro de ese colegio profesional ha dicho algo oficialmente dirigiéndose a la Presidencia? No puedo dejar de pensar en lo ridículo que puede ser una ceremonia llena de solemnidad y seriedad, cuando los asistentes se visten con sus mejores corbatas y sacan lustre a las medallas, cuando los áulicos de los magistrados acuden a aplaudir los tediosos discursos. Pero cuando tienen la necesidad de miccionar, tienen que ir a buscar algún oscuro lugar para permitir que la naturaleza siga su curso. Así sucedía en Francia pre revolucionaria, cuando la Corte del Palacio de Versalles, no tenía baño y los piojos transitaban entre las empolvadas pelucas y las mejillas maquilladas de los distinguidísimos y finos aristócratas. Tenían que ir a unas oscuras cloacas del palacio y que ahora sirven para ser mostradas a los turistas. La Corte Superior de Justicia antes de implementar el nuevo código de procedimientos Penales, de organizar uno u otro curso, foro o debate para disquisiciones jurídicas, debería implementar unos “justos” servicios higiénicos como la ley manda.

Para concluir he dejado lo más absurdo para sorpresa del lector. El Servicio de Administración Tributaria de Trujillo, mejor conocida como SATT, sí la oficina ubicada en la esquina del Jirón Bolívar y el Pasaje San Agustín, donde acuden miles de trujillanos para pagar sus tributos municipales, no tiene baños públicos. ¡La misma Municipalidad incumple sus propias ordenanzas!

Así como lo lee, no existen baños. Pregunté por ellos a un atareado empleado, casi con una cómplice pregunta entre varones: “Disculpe señor, ¿el baño por favor?” – “En el Mercado Central, aquí no tenemos”- Fue su respuesta, tan contundente que por unos instantes pensé que era yo el que pedía imposibles.

Como colofón: hasta hace unos años en la Oficina de Registros Públicos los usuarios podíamos acceder a los servicios higiénicos, hasta que por disposiciones de la administración, estos servicios fueron cancelados por “falta de presupuesto”, según me informaron los empleados. Me recomendaron solicitara una audiencia con el administrador que en ese momento no se encontraba, era quien debería de informar a mis justas demandas. Por supuesto que no lo esperé y tampoco regresé para indagar por ello, ahora tampoco he ido a esa oficina a constatar si se han reinaugurado los baños, mi intuición me dice que no.

1 comentario:

  1. Interesante observación que refleja que no somos de plástico y tenemos necesidades fisiológicas que debemos atender en forma "civilizada" y no buscando un rinconcito en la vía pública para aliviar nuestras urgencias mingitorias, por lo menos.
    Sería más interesante aún si pudieramos hacer oir este reclamo (justo por demás) a las autoridades encargadas de velar por el ornato de nuestra ciudad y eliminar de una vez por todas esas improvisadas letrinas públicas que a cada paso encontramos en el centro histórico.

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